Fresas

Llevo unos días sin poder publicar. Ha hecho mucho calor (por fín!!) y hemos aprovechado para ir a la playa, pisci, monte... y sobre todo, estar en el jardín. Así que por la noche yo no soy persona para ponerme a escribir...

Pero hoy, mientras jugábamos en el jardín se me ha ocurrido que ésto os podía interesar a alguien!

Nosotros vivimos en un pueblo pequeño, pero hasta hace cuatro años, vivíamos en Bilbao, en plena ciudad. Así que hay muchas cosas que estamos aprendiendo poco a poco de ésta nueva vida.

Esto, nos lo enseñó un amigo, y me parece un inventazo. Igual ya lo habíais visto o incluso lo tenéis en casa, pero igual hay alguien en una situación como la mía y os suena a chino mandarín. Es un barril de fresas!!!

En vez de plantarlas en la huerta, que aún no tenemos, lo que hemos hecho es poner un bidón con varios agujeros alrededor. (Nosotros lo hemos puesto sobre un palé para alejarlo un poco más de posibles babosas y caracoles, y aún no hemos visto ninguna acechando...).

Está lleno de tierra y abono, y en la parte de arriba, está incrustado un recipiente de plástico agujereado por todas partes con agujeros pequeñitos (creo que era un bote de pintura). Este es para rellenarlo de agua y que vaya drenando poco a poco y mantenga la humedad en la tierra. Se supone que hay que regarlo mucho y rellenar ese recipiente con agua a menudo. Se hace lo que se puede, jejeje.

Luego se incrustan plantas de fresas en todos los agujeritos, y por la parte de arriba, alrededor del recipiente si te queda hueco también.

Nosotros lo pusimos el año pasado con muy pocas plantas, pero éste año hemos metido más, sobre todo por la parte de arriba. Fresas y fresones.

Han empezado a crecer y es genial ver como casi todos los días tenemos una o dos fresas listas para coger y comer de la misma! Si, si... no es como para poner un mercado y forrarnos, pero nuestra intención era sobre todo que los peques viesen como crecen, y poder disfrutar de ellas, comiéndolas con la ilusión de saber que son nuestras y con la tranquilidad de saber que más naturales no pueden ser.

Aunque, lo que es probarlas... una esquinita he probado yo, la verdad, y por curiosidad! Y no porque no me gusten, sino porque los peques vuelan hacia el barril todos los días para ver si pueden coger ya alguna. Hasta verdes se las han comido alguna vez! Y claro... se las dejamos a ellos, que nos encanta ver como las disfrutan!

Aquí los enanos saboreando dos de las que hemos conseguido hoy (que hoy había 4 rojas, rojas!!!!)

Y eso os cuento! Que os animo a poner un invento de éstos si tenéis un trocito de jardín, o una terraza... El barril también puede ser más pequeño, claro. Y si no, en una maceta! La cosa es disfrutar de todo el proceso!

Poner fresas en vuestra vida! Jajaja

Buenas noches!